Figure 2: Long records of past changes in atmospheric composition provide the context for the influence of anthropogenic emissions. (a) shows changes in the atmospheric concentrations of carbon dioxide (CO2), methane (CH4), and nitrous oxide (N2O) over the past 1000 years. The ice core and firn data for several sites in Antarctica and Greenland (shown by different symbols) are supplemented with the data from direct atmospheric samples over the past few decades (shown by the line for CO2 and incorporated in the curve representing the global average of CH4). The estimated positive radiative forcing of the climate system from these gases is indicated on the right-hand scale. Since these gases have atmospheric lifetimes of a decade or more, they are well mixed, and their concentrations reflect emissions from sources throughout the globe. All three records show effects of the large and increasing growth in anthropogenic emissions during the Industrial Era. (b) illustrates the influence of industrial emissions on atmospheric sulphate concentrations, which produce negative radiative forcing. Shown is the time history of the concentrations of sulphate, not in the atmosphere but in ice cores in Greenland (shown by lines; from which the episodic effects of volcanic eruptions have been removed). Such data indicate the local deposition of sulphate aerosols at the site, reflecting sulphur dioxide (SO2) emissions at mid-latitudes in the Northern Hemisphere. This record, albeit more regional than that of the globally-mixed greenhouse gases, demonstrates the large growth in anthropogenic SO2 emissions during the Industrial Era. The pluses denote the relevant regional estimated SO2 emissions (right-hand scale). [Based upon (a) Chapter 3, Figure 3.2b (CO2); Chapter 4, Figure 4.1a and b ( CH4) and Chapter 4, Figure 4.2 (N2O) and (b) Chapter 5, Figure 5.4a] |
Los cambios en el clima se producen como consecuencia de la variabilidad interna dentro del sistema climático y de factores externos (tanto naturales como antropógenos). La influencia de diversos factores externos en el clima permite ampliar comparaciones mediante el concepto de forzamiento radiativo8. Un forzamiento radiativo positivo, como el que se produce por las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero, tiende a calentar la superficie. Un forzamiento radiativo negativo, que puede deberse a un aumento de ciertos tipos de aerosoles (partículas microscópicas suspendidas en el aire), tiende a enfriar la superficie. Los factores naturales, como los cambios en las emisiones solares o la actividad volcánica explosiva, también pueden producir un forzamiento radiativo. Es necesario caracterizar estos agentes de forzamiento climático y sus cambios con el tiempo (véase la Figura 2), con el fin de comprender los cambios climáticos pasados en el contexto de las variaciones naturales y para proyectar los cambios climáticos que podría depararnos el futuro. La Figura 3, muestra las previsiones actuales de forzamiento radiativo debidas a mayores concentraciones de componentes atmosféricos y a otros mecanismos.
Figura 3: Muchos factores externos fuerzan el cambio climático. Estos forzamientos radiativos se deben a los cambios en la composición atmosférica, a la alteración de la reflectancia superficial por el uso de la tierra y a la variación en las emisiones del Sol. Con excepción de la variación solar, hay alguna forma de actividad humana ligada a cada forzamiento. Las barras rectangulares representan los cálculos de las contribuciones de estos forzamientos —algunos de los cuales producen calentamiento, y otros enfriamiento—. No se muestra el forzamiento debido a los fenómenos episódicos volcánicos, que llevan a un forzamiento negativo que dura sólo unos años. El efecto indirecto de los aerosoles que se muestra es su efecto en el tamaño y número de gotas de las nubes. No se muestra un segundo efecto indirecto de los aerosoles en las nubes, es decir, su efecto en el período de vida de las nubes, que podría ocasionar también un forzamiento negativo. Los efectos de la aviación en los gases de efecto invernadero (GEI) se incluyen en las barras individuales. La línea vertical sobre las barras rectangulares indica el rango de estimaciones, calculado a partir de la dispersión de los valores publicados y de la comprensión del proceso físico. Algunos de los forzamientos tienen mayor grado de certidumbre que otros. Una línea vertical sin barra rectangular indica un forzamiento para el que no pueden darse mejores cálculos debido a grandes incertidumbres. El nivel general de comprensión científica de cada forzamiento varía considerablemente, como puede verse. Algunos de los agentes de forzamiento radiativo están bien mezclados en todo el globo, como ocurre con el CO2, y perturban por ello el balance térmico mundial. Otros representan perturbaciones con características regionales más fuertes dada su distribución espacial, como es el caso de los aerosoles. Por esta y por otras razones, no puede esperarse que una simple suma de barras positivas y negativas denote el efecto neto en el sistema climático. Las simulaciones de este informe de evaluación (la Figura 5, por ejemplo) indican que el efecto neto calculado de estas perturbaciones es el calentamiento del clima mundial desde 1750. [Basado en el capítulo 6, Figura 6.6] |
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