4.17 | Muchos ecosistemas naturales
y gestionados pueden cambiar repentinamente o de forma no lineal durante
el siglo XXI. Cuanto mayor sea la magnitud y la velocidad del cambio, mayor
será el riesgo de impactos adversos. |
|||
4.18 | Los cambios en el clima
podrían aumentar el riesgo de cambios repentinos y no lineales en muchos
ecosistemas, lo que podría afectar su diversidad biológica, productividad
y funcionamiento. Por ejemplo, un incremento sostenido de la temperatura
del agua de apenas 1°C, ya solo o en combinación con otros problemas (como
la contaminación o el encenagamiento excesivos), podría hacer que los
corales expulsen sus algas (decoloración de los corales; véase la Figura
4–3 y la Pregunta 2), ocasionar la muerte de
los corales, y causar una posible pérdida de la diversidad biológica.
El cambio climático también podría provocar el desplazamiento de los hábitat
idóneos para muchos organismos terrestres y marinos hacia los polos, o
de los hábitat en zonas montañosas hacia mayores altitudes. La mayor perturbación,
junto con el desplazamiento de los hábitat y las condiciones más restrictivas
necesarias para el establecimiento de las especies, podrían ocasionar
un desequilibrio rápido y repentino en los ecosistemas terrestres y marinos
y la aparición de nuevas agrupaciones de plantas y animales menos diversas
y más débiles, y por lo tanto, más propensas a la extinción (véase la
Pregunta 3). |
|||
4.19 | Los sistemas ecológicos tienen muchos procesos no lineales que interactúan y les hacen vulnerables a cambios repentinos o los efectos de umbral derivados de cambios relativamente pequeños en las variables generadoras, entre las que figura el clima. Por ejemplo:
|
GTII TIE Secciones
13.2.2 & 13.6.2 |
||
4.20 | Los cambios a gran escala
en la cubierta de vegetación podrían afectar al cambio climático regional.
Los cambios en las características de la superficie terrestre, como las
creadas por la cubierta terrestre, pueden modificar los flujos de energía,
agua y gases, y afectar la composición atmosférica, generando alteraciones
en el clima local/regional y, por lo tanto, afectando al régimen de perturbaciones
(como sucede en el Ártico). En zonas sin agua superficial (normalmente
zonas áridas o semiáridas) la evapotranspiración y el albedo afectan al
ciclo hidrológico local, por lo que una reducción de la cubierta vegetal
podría producir una disminución de las precipitaciones a escala local/regional,
y cambiar la frecuencia y persistencia de las sequías. |
GTII TIE Secciones 1.3.1, 5.2, 5.9, 10.2.6.3, 13.2.2, 13.6.2, & 14.2.1 |
||
Otra información en esta colección |