Los cambios climáticos ocurren como resultado de la variabilidad interna del
sistema climático y de otros factores externos (ya sean naturales
o resulten de actividades humanas). Las emisiones de gases de efecto
invernadero y de aerosoles debidos a actividades humanas cambian
la composición de la atmósfera. Las emisiones futuras de gases de
efecto invernadero y de aerosoles se encuentran determinadas por
fuerzas impulsoras como la población, el desarrollo socioeconómico
y el cambio tecnológico y, por lo tanto, son muy inciertas. Los
escenarios son proyecciones alternativas de lo que podría suceder
en el futuro y son una herramienta apropiada que permite analizar
de qué manera estas fuerzas impulsoras pueden influir en la producción
de emisiones futuras y evaluar las incertidumbres asociadas con
ellas. Los escenarios del IEEE, desarrollados para actualizar la
serie IS92, consisten en seis grupos de escenarios, basados en guiones
narrativos, que abarcan una amplia gama de estas fuerzas impulsoras
(véase la Figura 3-1). Todos son
escenarios posibles e internamente coherentes, y no se les asigna
probabilidades de producirse. Incluyen cuatro combinaciones de cambios
demográficos, desarrollo económico y social, y adelantos tecnológicos
generales (A1B, A2, B1, B2). Otros dos grupos de escenarios, A1Fl
y A1T, investigan de manera explícita el posible desarrollo de diferentes
tecnologías energéticas para el escenario A1B (véase la Figura
3-1a). En las Figuras 3-1b a 3-1e se muestran las emisiones
resultantes de los gases de efecto invernadero CO2, CH4,
y N2O, junto con el SO2 que conduce a la producción
de aerosoles de sulfato; otros gases y partículas son también importantes.
Estas emisiones causan cambios en las concentraciones y aerosoles
en la atmósfera. En las Figuras 3-1f a 3-1i se muestran los cambios
en las concentraciones para los escenarios del IEEE. Conviene observar
que para los gases que permanecen en la atmósfera durante un período
prolongado, como el CO2 que se muestra en el panel f),
la concentración atmosférica responde con relativa lentitud a los
cambios en las emisiones (véase la Figura
5-3), mientras que para gases y aerosoles de vida corta, como
los aerosoles de sulfato que se muestran en el panel i), la concentración
atmosférica responde mucho más rápidamente. La influencia de los
cambios en las concentraciones de gases de efecto invernadero y
de aerosoles en la atmósfera sobre el sistema climático se puede
comparar en general utilizando el concepto de forzamiento radiativo,
que constituye una medida de la influencia que un factor tiene para
perturbar el balance de la energía entrante y saliente en el sistema
Tierra-Atmósfera. Un forzamiento radiativo positivo, como el producido
por una creciente concentración de gases de efecto invernadero,
tiende a calentar la superficie; por el contrario, un forzamiento
radiativo negativo, que puede ser el resultado del aumento de algunos
tipos de aerosoles como los aerosoles de sulfato, tiende a enfriar
la superficie. En el panel j) se muestra el forzamiento radiativo
resultante de las crecientes concentraciones en los paneles f) al
i). Conviene observar que, como ocurre en los escenarios IS92, todas
las combinaciones de emisiones de gases de efecto invernadero y
de aerosoles en los escenarios del IEEE tienen como resultado un
aumento de los forzamientos radiativos.
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