Una literatura cada vez más abundante y con más datos cuantitativos demuestra que los asentamientos humanos están influenciados por el cambio climático en una de las tres maneras principales:
El riesgo directo que en más partes del mundo afecta a los asentamientos humanos como consecuencia del cambio climático es el de inundaciones y movimientos de tierra, provocados por el aumento previsto de la intensidad de las lluvias y, en las zonas costeras, por la subida del nivel del mar. Están particularmente amenazados los asentamientos en las vertientes de los ríos y del mar (alta confianza6), pero la inundación urbana puede ser un problema en cualquier parte en la que hubiese una capacidad inadecuada de los sistemas de alcantarillas, suministro de aguas y gestión de desechos. En tales áreas, son altamente vulnerables los barrios con ocupación ilegal de la tierra y otros asentamientos urbanos oficiosos con elevada densidad de población, refugios deficientes, poco o ningún acceso a recursos tales como agua potable y servicios sanitarios públicos y escasa capacidad de adaptación. Los asentamientos humanos sufren en la actualidad otros importantes problemas ambientales, que pudieran agravarse en regímenes de más elevada temperatura y de mayor precipitación, tales como los relacionados con los recursos de agua y energía, así como la infraestructura, el tratamiento de desechos y el transporte. [4.5]
La rápida urbanización de zonas bajas costeras, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo, está produciendo un aumento considerable de la densidad de la población y de los bienes humanos expuestos a extremos climáticos en las costas, tales como ciclones tropicales. Las previsiones basadas en modelos del promedio de personas al año que pudieran ser objeto de inundación por tormentas en la costa se multiplica varias veces (de 75 a 200 millones de personas según la reacción de adaptación) para escenarios de una gama media de aumento del nivel del mar de 40 cm hasta el año 2080, en relación con escenarios sin ningún aumento del nivel del mar. Los daños potenciales a las infraestructuras de las zonas costeras, como resultado del aumento del nivel del mar, han sido calculados en montos correspondientes a decenas de miles de millones de dólares estadoundinenses para ciertos países, por ejemplo Egipto, Polonia, y Viet Nam. [4.5]
Los asentamientos con poca diversificación económica y en los que un elevado porcentaje de los ingresos proviene de industrias de recursos primarios sensibles al clima (agricultura, silvicultura, y pesquerías) son más vulnerables que los asentamientos más diversificados (elevada confianza6). En las zonas desarrolladas del Ártico, y donde el permafrost es rico en hielo, será necesario prestar particular atención a mitigar los impactos perjudiciales del deshielo, tales como daños graves a los edificios y a la infraestructura de transporte (muy alta confianza6). La infraestructura industrial de transporte y comercial es en general vulnerable a los mismos peligros que la infraestructura de los asentamientos. Se prevé que la demanda de energía aumente en cuanto a enfriar los edificios y disminuya en cuanto a calefacción pero el efecto neto depende de los escenarios y del lugar. Algunos sistemas de producción y distribución de energía pueden sufrir impactos adversos que reducirían los suministros o la fiabilidad de los sistemas mientras que otros sistemas energéticos podrían beneficiarse.[4.5 y 5.7]
Entre las posibles opciones de adaptación están la planificación de los asentamientos y de su infraestructura, el emplazamiento de instalaciones industriales, y la adopción de decisiones similares a largo plazo de forma que se reduzcan los efectos adversos de sucesos que son de una escasa probabilidad (aunque creciente), pero que conllevan grandes consecuencias (y quizás están en aumento). [4.5]
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