Figura 4–2: Ilustración
esquemática del sistema mundial de circulación oceánica, formado por las principales
vías de circulación termohalina Norte-Sur en cada cuenca oceánica, que se juntan
en la circulación circumpolar antártica. Las corrientes cálidas de la
superficie y las frías en la profundidad se conectan en las escasas zonas de formación
de aguas profundas en latitudes altas del Atlántico y alrededor del Antártico
(azul), en donde tienen lugar las principales transferencias de calor del océano
a la atmósfera. Este sistema de corrientes contribuye en gran medida al transporte
y redistribución del calor (como las corrientes que fluyen hacia el Polo en el
Atlántico Norte, que aumentan la temperatura en el Noroeste de Europa hasta en
10°C). Las simulaciones indican que la rama de este sistema de circulación correspondiente
al Atlántico Norte es especialmente vulnerable a cambios en la temperatura atmosférica
y en el ciclo hidrológico. Dichas perturbaciones causadas por el calentamiento
mundial podrían desestabilizar el sistema actual, lo que tendría graves impactos
en el clima regional o incluso hemisférico. Conviene observar que se trata de
un diagrama esquemático y no proporciona los emplazamientos exactos de las corrientes
de agua que forman parte de la THC.