CAMBIO CLIMÁTICO 2001:
Informe de síntesis
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Figura 2–1: Los registros de cambios ocurridos en la composición atmosférica durante el último milenio indican un rápido aumento de gases de efecto invernadero y de aerosoles de sulfato, que se puede atribuir principalmente al crecimiento industrial desde el 1750. Los tres paneles superiores muestran las crecientes concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), y óxido nitroso (N2O) durante los últimos 1.000 años. Los primeros datos esporádicos tomados del aire atrapado en el hielo (símbolos) coinciden con las observaciones atmosféricas continuas en los últimos decenios (líneas continuas). Estos gases se encuentran bien mezclados en la atmósfera, y sus concentraciones reflejan las emisiones de fuentes en todo el planeta. La estimación del forzamiento radiativo positivo de estos gases se indica en la escala situada en la parte derecha. El panel inferior muestra la concentración de sulfatos en testigos de hielo tomados de Groenlandia (que se muestra con líneas correspondientes a tres testigos diferentes) de los que se han suprimido los efectos episódicos de erupciones volcánicas. Los aerosoles de sulfato provenientes de las emisiones de dióxido de azufre (SO2) se depositan en la superficie, y no se mezclan bien en la atmósfera. Específicamente, el aumento de sulfato depositado en Groenlandia se atribuye a las emisiones de SO2 de Estados Unidos y Europa (mostradas como símbolos), y ambos muestran un descenso en los últimos decenios. Los aerosoles de sulfato producen un forzamiento radiativo negativo.

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