Las políticas adoptadas para mitigar el calentamiento del planeta tendrán repercusiones en sectores específicos, como la industria del carbón, la industria del petróleo y el gas, la electricidad, la produción fabril, el transporte y las familias. Una evaluación sectorial contribuye a poner los costos en perspectiva, a identificar los perdedores potenciales y la extensión y localización de las pérdidas, así como a identificar los sectores que pueden beneficiarse. Sin embargo, merece señalarse que la bibliografía disponible para proceder a esta evaluación es limitada: hay pocos estudios amplios de los efectos sectoriales de la mitigación, comparados con los que existen sobre macroefectos en el PIB, y tienden a referirse a países y regiones del Anexo I.
Existe un problema fundamental con las políticas de mitigación.
Está bien establecido que en comparación con lo que ocurre con
los potenciales ganadores, es más fácil identificar a los potenciales
perdedores sectoriales y es probable que sus pérdidas sean más
inmediatas, más concentradas y más seguras. Los potenciales ganadores
sectoriales (aparte del sector de las energías renovables y quizás
del sector del gas natural) sólo pueden esperar un beneficio pequeño,
difuso y bastante incierto, distribuido en un período prolongado. En
realidad, muchos de los que podrán obtener beneficios no existen todavía,
son las generaciones del futuro y las industrias que tienen que desarrollarse
aún.También está bien establecido que los efectos generales
sobre el PIB de las políticas y medidas de mitigación, ya sean
positivos o negativos, ocultan grandes diferencias entre sectores. En general,
la intensidad energética y la intensidad de carbono de las economías
disminuirá. Se prevé que la industria del carbón y quizás
la del petróleo pierdan considerables proporciones de su producción
tradicional en relación con las de los escenarios de referencia, aunque
el impacto de esto sobre las industrias dependerá de la diversificación,
y quizás otros sectores aumenten su producción, pero en proporciones
mucho menores. Las reducciones en la producción de combustibles de origen
fósil por debajo de la línea inicial de referencia no repercutirán
igualmente sobre todos los combustibles fósiles. Los combustibles tienen
diferentes costos y sensibilidades a los precios, responden de manera diferente
a las políticas de mitigación. La tecnología de eficiencia
energética está específicamente adaptada a determinados
combustibles y dispositivos de combustión y las reducciones en la demanda
pueden afectar a las importaciones de manera diferente que a la producción.
Los sectores de gran consumo energético, como la industría química
pesada del hierro y el acero, y los productos minerales, afrontarán costos
más elevados, cambios acelerados de orden técnico o de organización,
o pérdidas de producción (una vez más, en relación
con el escenario de referencia), según el uso que hagan de la energía
y las políticas de mitigación que adopten.
Es probable que las industrias directamente involucradas en la mitigación se beneficien con las medidas. Esas industrias incluyen la electricidad renovable y nuclear, los productores de equipo de mitigación (que incorporan tecnologías economizadoras de energía y de carbono), la agricultura y la silvicultura productoras de cultivos para fines energéticos y los servicios de investigación productores de IyD para economizar energía y carbono. Pueden beneficiarse a largo plazo con la disponibilidad de recursos financieros y de otro tipo, que de otro modo se habrían dedicado a la producción de combustibles de origen fósil. Pueden beneficiarse también de las reducciones en las cargas tributarias, si los impuestos se emplean para la mitigación y los ingresos se reciclan como reducciones en los impuestos patronales o sobre las sociedades, u otros. Los estudios que mencionan reducciones en el PIB no siempre ofrecen una gama de opciones de reciclaje, lo cual sugiere que no se han explorado los paquetes de políticas que incrementarían el PIB. La extensión y el carácter de los beneficios variará según las políticas que se sigan. Algunas políticas de mitigación pueden conducir a beneficios económicos generales netos, lo cual implica que las ganancias de muchos sectores excederán las pérdidas del carbón y otros combustibles fósiles y de las industrias de gran consumo energético. En cambio, otras políticas mal diseñadas pueden ocasionar pérdidas en general.
Conviene colocar la tarea que afronta la política de mitigación en una perspectiva histórica. Las emisiones de CO2 han tendido a crecer más lentamente que el PIB en varios países durante los últimos 40 años. Hay diferentes razones para esas tendencias, entre ellas:
Estas tendencias se verán alentadas y reforzadas por las políticas de mitigación.
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