La vulnerabilidad de las poblaciones humanas y los sistemas naturales al cambio climático es muy diferente entre las regiones y entre poblaciones de una misma región. Las diferencias regionales en el clima de referencia y en el cambio climático previsto pueden dar lugar a diferentes exposiciones a los estímulos climáticos entre las regiones. Los sistemas naturales y sociales de las diferentes regiones tienen características, recursos e instituciones variados y están sujetos a diversas presiones que dan lugar a diferencias en la sensibilidad y la capacidad de adaptación. De estas diferencias surgen problemas fundamentales diferentes para cada una de las principales regiones del mundo. Aun dentro de una misma región, sin embargo, los impactos, la capacidad de adaptación y la vulnerabilidad varían. Las evaluaciones de las vulnerabilidades regionales son necesariamente cualitativas, ya que en los estudios disponibles no se ha empleado un conjunto común de escenarios climáticos y métodos y en razón de las incertidumbres encuanto a las sensibilidades y la adaptabilidad de los sistemas naturales y sociales.
Figura RT-6: Impactos principales seleccionados en África. |
África es sumamente vulnerable al cambio climático. Los impactos de particular interés para África tienen que ver con los recursos de agua, la producción de alimentos, la salud humana, la desertificación y las zonas costeras, especialmente en relación con los sucesos extremos. La sinergia entre el uso de la tierra y el cambio climático exacerbará la desertificación. En la Figura RT-6 se destacan algunos de los impactos principales en África.
Los recursos hídricos son una esfera de especial vulnerabilidad en África,
que afecta al abastecimiento de agua para uso en los ogares, la agricultura
y la industria. En las cuencas ribereñas compartidas, los protocolos
de cooperación regional reducen al mínimo los impactos adversos
y el potencial de conflictos. Las tendencias en la disponibilidad regional per
cápita de agua en África en el último medio siglo muestran
que la disponibilidad de agua ha disminuido en un 75%.
Aunque en los dos últimos decenios se han producido reducciones en los
caudales de los ríos, especialmente en el África occidental subsahariana,
la tendencia refleja sobre todo el impacto del crecimiento de la población
que, en la mayoría de los países, se cuadruplicó en el
mismo período. El crecimiento de la población y el empeoramiento
de la calidad del agua son amenazas importantes a la seguridad del abastecimiento
de agua en muchas partes de África, y la combinación de aumentos
continuados de la población e impactos del calentamiento mundial probablemente
acentuará la escasez de agua en las regiones subhúmedas de África.
África es el continente con el factor de conversión de precipitación a escorrentía más bajo, con un promedio del 15%. Aunque la región ecuatorial y las zonas costeras del África oriental y meridional son húmedas, el resto del continente es de seco subhúmedo a árido. El impacto dominante del calentamiento mundial será una reducción de la humedad del suelo en zonas subhúmedas y una reducción de la escorrentía. Las tendencias actuales de las principales cuencas ribereñas indican una escorrentía decreciente de un 17% en el último decenio.
La mayoría de los países de África ha hecho inversiones importantes en instalaciones de energía hidroeléctrica para sostener el desarrollo económico. Los embalses de almacenamiento muestran una marcada sensibilidad a las variaciones en la escorrentía y los períodos de sequía. Los lagos de almacenamiento y los embalses principales han alcanzado niveles críticos, que amenazan a la actividad industrial. Los resultados obtenidos con modelos y algunos embalses y lagos indican que el calentamiento mundial aumentará la frecuencia de esos niveles bajos en los depósitos como resultado de condiciones de crecidas o sequía que tienen que ver con la Oscilación del Sur (ENOA). [10.2.1]
Hay un amplio consenso en que el cambio climático empeorará la seguridad alimentaria, sobre todo a través de mayores extremos y desplazamientos temporales y espaciales. En muchas zonas del continente ya hay un importante déficit de producción de alimentos, y la posible disminución de la humedad del suelo constituirá una carga adicional. Los países con inseguridad alimentaria están expuestos a un mayor riesgo de impactos adversos del cambio climático. Las pesquería interiores y marinas proporcionan una parte considerable de las proteínas que se ingieren en muchos países de África. Como resultado del estrés hídrico y la degradación de la tierra, las pesquerías interiores serán más vulnerables a episodios de sequías y destrucción de hábitat. El calentamiento de los océanos probablemente tendrá impactos en las pesquerías marinas costeras. [10.2.2]
Las pérdidas irreversibles de biodiversidad podrían acelerarse con el cambio climático. Se prevé que el cambio climático producirá desplazamientos drásticos de biomas ricos en biodiversidad, como el Succulent Karoo, en Sudáfrica y muchas pérdidas de especies en otros biomas. Los cambios en la frecuencia, intensidad y extensión de los incendios de vegetación y la modificación de hábitat a consecuencia de cambios en el uso de la tierra pueden impedir los procesos de adaptación naturales y dar lugar a extinciones. Los cambios en los ecosistemas afectarán al abastecimiento de agua y leña, y a otros servicios. [10.2.3.2]
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