CAMBIO CLIMÁTICO 2001:
La base científica
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B.5 Cambios observados en las pautas de circulación atmosférica y oceánica

El comportamiento del ENOA (véase una descripción general en el recuadro 4) ha sido atípico desde mediados de los años setenta, comparado con los cien años precedentes; los fenómenos ENOA en la fase cálida son relativamente más frecuentes, persistentes e intensos que la fase fría opuesta. Este comportamiento reciente del ENOA se refleja en variaciones en las precipitaciones y la temperatura en gran parte de las zonas tropicales y subtropicales del globo. Es probable que el efecto general haya sido una pequeña contribución al aumento en las temperaturas mundiales durante los últimos decenios. La Oscilación interdecenal del Pacífico y la Oscilación decenal del Pacífico están asociadas con la variabilidad climática decenal a multidecenal en la cuenca del Pacífico. Es probable que esas oscilaciones modulen la variabilidad del clima relacionada con el ENOA.

Se están caracterizando otros factores de circulación importantes que afectan el clima en grandes regiones del globo. La Oscilación del Atlántico Norte (OAN) se vincula con la intensidad de los vientos del oeste sobre el Atlántico y en Eurasia extratropical. Durante el invierno, la OAN muestra oscilaciones irregulares en escalas temporales de interanuales a multidecenales. Desde los años setenta, la OAN invernal ha estado con frecuencia en una fase que aporta vientos del oeste más fuertes, que se correlacionan con el calentamiento de la estación fría en Eurasia. Nuevas pruebas indican que probablemente la OAN y los cambios en el hielo marino en el Ártico estén estrechamente ligados. Ahora se cree que la OAN forma parte de una oscilación ártica atmosférica de mayor escala que afecta gran parte del hemisferio norte extratropical. Ha habido una oscilación antártica semejante en una fase positiva acrecentada durante los últimos 15 años, con vientos del oeste más fuertes sobre los océanos meridionales.

B.6 Cambios observados en la variabilidad del clima y en los episodios meteorológicos y climáticos extremos

Nuevos análisis muestran que en las regiones en que la precipitación total ha aumentado, es muy probable que haya habido aumentos más pronunciados aún en episodios de precipitaciones intensas y extremas. También ocurre lo contrario. En algunas regiones, sin embargo, los episodios intensos y extremos (o sea, definidos como los que están dentro de los percentiles diez, superiores o inferiores) han aumentado a pesar de que las precipitaciones totales han disminuido o se mantienen constantes. Esto se atribuye a una disminución en la frecuencia de los fenómenos de precipitación. En general, es probable que para muchas zonas en las latitudes medias y altas, principalmente en el hemisferio norte, se hayan producido aumentos estadísticamente significativos en la proporción de precipitaciones anuales totales que corresponde a episodios de precipitaciones intensas y extremas; es probable que haya habido un aumento del 2 al 4% en la frecuencia de los episodios de precipitaciones intensas en la última mitad del siglo XX. En todo el siglo XX (de 1900 a 1995), hubo aumentos relativamente reducidos en las áreas terrestres del mundo que experimentaron graves sequías o graves excesos de humedad. En algunas regiones, como en partes de Asia y África, se ha observado que la frecuencia e intensidad de las sequías ha aumentado en los últimos decenios. En muchas regiones, esos cambios están dominados por una variabilidad climática interdecenal y multidecenal, como el cambio en el ENOA hacia episodios más cálidos. En muchas regiones, la variabilidad interdiaria de la temperatura ha disminuido, y aumentos en la temperatura mínima diaria están prolongando el período sin heladas en la mayoría de las regiones de latitudes medias y altas. Desde 1950, es muy probable que haya habido una importante reducción en la frecuencia de temperaturas medias muy inferiores a la normal de la estación en gran parte del globo, pero ha habido un aumento menor en la frecuencia de temperaturas muy superiores a la normal.

No hay ninguna prueba categórica que indique que han cambiado las características de las tomentas tropicales y extratropicales. Los cambios en la intensidad y frecuencia de las tormentas tropicales están dominados por variaciones interdecenales a multidecenales, que pueden ser considerables, p.ej., en el Atlántico septentional tropical. Debido a los datos incompletos y a análisis limitados y contradictorios, no es seguro que se hubiese dado algún aumento a largo plazo y en gran escala de la intensidad y frecuencia de los ciclones extratropicales en el hemisferio norte. Se han detectado aumentos regionales en el Pacífico Norte, partes de América del Norte y Europa en los últimos decenios. En el hemisferio sur, se han completado menos análisis, pero sugieren una reducción de la actividad de ciclones extratropicales desde los años setenta. Análisis recientes de los cambios en condiciones meteorológicas locales extremas (p.ej., tornados, tormentas y granizo) en unas cuantas regiones escogidas no ofrecen pruebas categóricas que sugieran cambios a largo plazo. En general, las tendencias en los condiciones meteorológicas extremas son notoriamente difíciles de detectar, por su aparición relativamente rara y su gran variabilidad espacial.

B.7 La visión de conjunto: Un mundo en fase de calentamiento y otros cambios en el sistema climático

Como se ha resumido, ahora está bien documentada una sucesión de cambios climáticos, en particular en los últimos decenios del siglo, con su serie creciente de mediciones directas. En la Figura 7 se muestran esas tendencias en los indicadores de temperatura (Figura 7a) y en los indicadores hidrológicos y relativos a las tormentas (Figura 7b), y también se indica la certeza de esos cambios.


Figura 7a: Esquema de las variaciones observadas en los indicadores de temperatura [Basado en la Figura 2.39a]


Figura 7b: Esquema de las variaciones observadas en los indicadores hidrológicos y relativos a las tormentas. [Basado en la Figura 2.39b]

En conjunto, estas tendencias ilustran la imagen completa de un período de calentamieno

Algunos aspectos importantes del cliima no parecen haber cambiado

Las variaciones y tendencias en los indicadores examinados implican que es prácticamente seguro que hubo una tendencia generalmente creciente de la temperatura de la superficie del planeta durante el siglo XX, aunque se producen desviaciones de corto plazo y regionales con respecto a esta tendencia.


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