Agua |
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3.22 | El cambio climático proyectado podría
agravar en gran medida los problemas de escasez y calidad del agua en
muchas zonas del mundo que ya sufren los efectos de la insuficiencia de
agua, pero atenuar esos problemas en otras. La demanda del agua
en general está aumentando, debido al crecimiento demográfico y al desarrollo
económico, pero en algunos países está disminuyendo, debido a su utilización
más eficiente. Se proyecta que el cambio climático reduzca las corrientes
y la recarga del agua superficial en muchas partes del mundo, pero también
puede aumentarlas en otras zonas (confianza media). La importancia
del cambio varía según los diversos escenarios, en parte debido a las
diferencias en las pautas de precipitación previstas (y especialmente
su intensidad), y en parte debido a las diferencias en la evaporación
proyectada. La Figura 3–5 muestra los cambios
en flujos previstos en virtud de dos escenarios de cambio climático. Se
prevé que entre varios cientos de millones y unos miles de millones de
personas sufrirán una reducción del suministro de agua del 10 por ciento,
o incluso más, hacia el año 2050, con proyecciones de un cambio climático
que corresponden a un aumento del 1 por ciento anual de las emisiones
de CO2 (véase el Cuadro 3–4). La calidad del agua dulce podría
degradarse en general con la subida de la temperatura del agua (confianza
alta), aunque en algunas regiones esta degradación podría verse compensada
con un aumento del caudal. Los impactos de los cambios climáticos en la
escasez y calidad del agua, y la frecuencia e intensidad de sequías e
inundaciones han de intensificar los problemas en la gestión del agua
y de las inundaciones. Los sistemas hídricos sujetos a una gestión mediocre
o nula son los más vulnerables a los impactos adversos del cambio climático. |
GTI TIE Sección 9.3.6 & GTII TIE Secciones 4.3–4, 4.5.2, & 4.6 |
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